11 Jul
11Jul

“NO me daba cuenta antes que la maternidad era tan física”
Dijo una mujer en un encuentro de CRIANZA.
Maternar se traduce en un cuerpo totalmente a disposición del bebé, des la teta o des la mamadera.

Brazos que levantan, sostienen, acunan, acarician, abrazan, abrigan, alimentan. “El gran aprendizaje de hacer todo con una sola mano”, dijo otra de las mujeres.

Un cuerpo que baja al plano del suelo a jugar, se levanta para acunar, se vuelve a agachar para dar un baño…y así podríamos seguir con más y más movimientos durante las 24 hs. del día.

Si, la maternidad es física, con todo eso que requiere para responder a las demandas y necesidades del bebé; y es corporal, porque hay un cuerpo deseante que aloja, que nutre, que da calor y amor.

Es esa continuidad del útero al pecho materno, ese sostener del útero que se traslada a los brazos: sigue siendo puro cuerpo. Cómo me encantó aprender el concepto de EXTEROGESTACIÓN. Una palabra que lleva a una imagen clara de lo que sucede en casi todo el primer año de vida del bebé (algunos autores hablan de los primeros 9 meses).

Y el cuerpo se cansa. Claro que se cansa. Empezamos a sentir dolores, malestar, por momentos un cansancio que parece no ceder. Por eso, necesitamos habilitarnos a sentir que no podemos más, a decir no puedo, a decir: NECESITO. Que muchas veces resulta un gran desafío.

Otros brazos disponibles, tan fundamental en el acompañamiento. Que las personas de alrededor estén atentas, disponibles, para devenir en esa RED de la que tanto hablamos en la maternidad.


Agostina Caruso
Doctora en Psicología
Coordinadora del Programa de parto sin intervención

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